Desde los templos dorados de Tailandia hasta las playas secretas de Filipinas, esta región vibra con contrastes que enamoran. Ideal para quienes buscan reconectar, explorar o simplemente dejarse sorprender.
Tailandia: espiritualidad, sabor y paisajes de película
- Templos icónicos: Wat Pho, Wat Arun y el Gran Palacio en Bangkok.
- Mercados flotantes y nocturnos: colores, aromas y vida local.
- Playas paradisíacas: Koh Phi Phi, Krabi, Koh Lipe.
- Cultura ancestral: Chiang Mai y Chiang Rai, con festivales y tradiciones.
- Gastronomía vibrante: pad thai, curry verde, mango sticky rice.
- Turismo consciente: retiros de yoga, santuarios éticos de elefantes.
Singapur: futurismo, orden y multiculturalismo
- Marina Bay Sands y Gardens by the Bay: arquitectura y naturaleza en armonía.
- Barrios étnicos: Little India, Chinatown, Kampong Glam.
- Arte y ciencia: museos interactivos y experiencias sensoriales.
- Gastronomía callejera: hawker centres con estrellas Michelin.
- Lujo y sostenibilidad: hoteles verdes, jardines verticales, transporte eficiente.
- Escapadas urbanas: rooftop bars, shopping y vistas panorámicas.
Indonesia: volcanes, islas y espiritualidad profunda
- Bali: templos, arrozales, retiros espirituales y surf.
- Java: Borobudur y Prambanan, volcanes como Bromo e Ijen.
- Islas Gili y Komodo: snorkel, buceo y dragones míticos.
- Sumatra y Borneo: selvas, orangutanes y biodiversidad.
- Cultura local: batik, danzas, ceremonias hindúes y musulmanas.
- Turismo con propósito: eco-lodges, comunidades artesanas, rutas ancestrales.
Filipinas: playas infinitas, sonrisas y aventura
- El Nido y Coron: lagunas turquesa, acantilados y kayak.
- Bohol y Siargao: surf, cascadas, colinas de chocolate.
- Tubbataha Reef y Apo Island: buceo de clase mundial.
- Cultura hispánica y asiática: iglesias coloniales, festivales coloridos.
- Gente cálida y hospitalaria: conexión auténtica con lo local.
- Viajes activos: island hopping, trekking, snorkel y más.